El impacto por la reciente y repentina liberalización del franco suizo -moneda referencia en la relojería-, su consiguiente apreciación frente al euro y la incertidumbre que esto generó no parece estar superado todavía. Aunque hay opiniones para todos los gustos. Los suizos, productores y exportadores, se mantienen a la expectativa con un toque pesimista e intentan adivinar cómo repercutirá este cambio en sus exportaciones de relojes e incluso en la recepción de visitantes. Los españoles -como el resto de europeos adscritos al euro-, importadores y consumidores, sufrirán un aumento de precios que variará según las marcas y los grupos y que oscila entre el 7 y el 15%. Un incremento que puede dar al traste o cuanto menos ralentizar las buenas cifras que el sector estaba haciendo en los últimos meses en los que las ventas parecían animarse.
Desde luego, no falta quien asegura “que no es para tanto, pues después de todo hacía tiempo que no se subían los precios con esto de la crisis”. Así las cosas, hay marcas que se muestran optimistas y confirman que el aumento de precio no les ha afectado lo más mínimo en sus ventas. Más aún, recientemente una marca del grupo Richemont afirmaba que había hecho el mejor mes de febrero de su historia. ¡Tanto mejor! Por el contrario, no faltan tampoco los que si ya aprovechaban la “excusa” de la crisis para reducir sus inversiones, ahora utilizan el cambio de moneda para paralizarlas del todo, fundamentalmente en lo que a marketing y publicidad se refiere. Pero se equivocan. Es una tendencia que ya se ha demostrado errónea dejar de invertir en comunicación -y la publicidad es una parte importante de la comunicación- cuando las ventas flaquean o están en riesgo. Es justo lo contrario, los empresarios con inteligencia saben bien que si invertir en los medios de producción es importante, hacer una buena comunicación no lo es menos. Un buen ejemplo vuelve a ser, una vez más, Patek Philippe, una empresa familiar que acaba de anunciar una inversión de 450 millones de francos suizos en la ampliación de su manufactura de Plan-les-Ouates a la vez que mantiene una política de comunicación exquisita. No en balde es la marca más codiciada, incluso envidiada por algunos, y reconocida como la más prestigiosa por todos. Y es que, donde hay clase hay inteligencia.