La vida profesional de Laurent Ferrier ha transcurrido entre las carreras de coches, en las que fue piloto de varias escuderías, y la relojería, que le viene por herencia familiar. En 2008 fundó la marca que lleva su nombre
Laurent Ferrier, nacido en 1946, es hijo y nieto de relojeros y desde muy joven aprendió de su padre la pasión por la alta relojería suiza y cómo perpetuar su legado. Sus diseños siempre se han basado en la sencillez, la precisión y la pureza de líneas.

Pero mientras se iniciaba en la relojería, entre 1974 y 1985, Laurent Ferrier compartió su pasión relojera con el motorsport. Fue piloto de competición y participó con marcas como Lotus o Porsche en carreras en circuitos legendarios como Le Mans, Mugello, Spa o Nurburgring, entre otros.
En Le Mans participó hasta en 7 ocasiones, quedando primero en la categoría de prototipos de 2 litros en 1977. Además, en 1979, copilotando con François Sérvanin y François Trisconi, acabaron terceros en la clasificación general a los mandos de un Porsche 935T del famoso equipo Kremer, por detrás del coche de Paul Newman, Rolf Stommelen y Dick Harbour.

Ferrier trabajó para Patek Philippe durante casi cuatro décadas, llegando a ser el Director Técnico y de Producto, trabajando con Gérald Genta en el prototipo que dio lugar al Nautilus.
Años más tarde, la pasión de Ferrier y Sérvanin por la mecánica les hizo unirse de nuevo para crear en 2008 la marca relojera que lleva el nombre del primero.

De estilo clásico
Sus diseños se identifican claramente con un estilo clásico pero tomándose libertades, de vez en cuando, para hacer innovadoras colaboraciones como el Arpal One con Urwerk.

En estos 12 años han sido capaces de presentar cinco colecciones, Classic, École, Square, Grand Sport y Bridge, con relojes que han alcanzado tres premios en los Grand Prix d´Horlogerie de Genève. En 2010 ganó el premio al mejor reloj de caballero con su Galet Classic Tourbillon Double Spiral, en 2015 a la revelación relojera por el Galet Square Micro Rotor, y en 2018 por la mejor complicación para caballero con su Galet Annual Calendar École Piece.

Todos sus relojes están terminados a mano por un único maestro artesano, lo que hace que la producción anual de la manufactura sea de algo menos de 150 relojes al año.
Ahora, al equipo de unas 20 personas que trabajan en la manufactura, se ha unido su hijo Christian, especializado en micromecánica, para perpetuar el legado familiar de la marca.

Grand Sport Tourbillon
El amor de Laurent Ferrier por el motorsport y la relojería se han visto reflejados en su última creación, el Grand Sport Tourbillon, que acaban de presentar en esta edición de Watches & Wonders 2020. Un reloj que pretende ser un homenaje al inicio de la amistad entre Ferrier y Sérvanin y sus aventuras en la competición.
Este reloj realmente fue presentado en 2019, en su versión con correa de caucho, y suponía una triple celebración para la marca. Era un homenaje a los 40 años que habían pasado desde su gran éxito en Le Mans, además de celebrar el 10º aniversario de la creación de la marca y de su primer tourbillon. Ahora en 2020 se presenta con brazalete de acero y una nueva esfera.
El Grand Sport Tourbillon se presenta con una caja de 44 milímetros realizada enteramente en acero y hermética hasta 100 metros, con un bisel en forma de cojín sobre una carrura de tipo “tonneau” y bordes redondeados, muy en su línea de diseño. La corona es de tipo cebolla aserrada característica de la marca. El reloj ha sido creado con la idea de ser muy confortable en la muñeca en todo momento.

El calibre de cuerda manual, LF 619.01, totalmente desarrollado por Ferrier, presenta Tourbillon y doble volante simétrico, y está terminado en color rutenio. Late a 21.600 alternancias/hora y ofrece una reserva de marcha máxima de 80 horas. Es visible a través del cristal de zafiro de la parte posterior.
Laurent Ferrier siempre ha sido un amante del trabajo de Abraham-Louis Breguet y de su más famosa creación relojera, el Tourbillon, que neutraliza los efectos de los campos magnéticos de la Tierra sobre el mecanismo relojero mientras está en posición vertical. Ferrier lo ha mejorado desarrollando su propio mecanismo de escape para incrementar la precisión del mismo, que ha sido certificado oficialmente por el Observatorio de Besançon.

Su esfera es de un precioso color azul oscuro degradado que llega a negro en la parte externa de la misma. Presenta índices en forma de gota en oro blanco con superluminova naranja y agujas de horas y minutos de tipo “Assegai” y bastón para la de los segundos. Ofrece horas y minutos centrales con pequeño segundero a las 6 horas.
Por primera vez en su colección, un modelo lleva brazalete integrado de acero a juego con la caja. La terminación de los eslabones es satinada y pulida a espejo en la parte redondeada de los mismos. El cierre es de tipo desplegable.
Es una edición limitada a tan sólo 12 piezas con un precio de 172.000 francos suizos (unos 162.264 euros).