Richard Mille crea para Rafa Nadal el primer reloj automático de la emblemática colección que ambos desarrollan conjuntamente desde hace ya 6 seis años. Innovación, ligereza, resistencia y diseño único definen al nuevo RM 35-02 creado en colaboración con el campeón español.
La fructífera relación entre Richard Mille y Rafa Nadal, que viene de 2008 cuando ambos se conocen, ha dado lugar a extraordinarias piezas de alta relojería en las que innovación, ligereza y resistencia a los golpes son palabras clave. Y es que el objetivo confeso del relojero es “encontrar una nueva forma de abordar estructuralmente la relojería”. Así, desde aquel primer RM 027, lanzado en 2010, con caja de nanotubos de carbono, hasta el RM 27-02, lanzado el año pasado, con platina monocasco de carbono NTPT, pasando por el RM 27-01 y su movimiento suspendido de cables, todos los relojes de esta colección, creada en equipo con Rafa Nadal, introducen avances fundamentales en términos de desarrollo.
El nuevo RM 35-02 es el primer reloj automático de esta célebre colección, que no cesa en su empeño en la eterna búsqueda de innovación y diseño único. A petición de numerosos clientes que anhelaban un sistema de cuerda automática en el corazón de un calibre Nadal, el relojero ha creado el movimiento esqueletizado RMAL1, con platina y puentes de titanio grado 5 arenado, con tratamiento PVD/Titalyt y estirado. Todo esto garantiza una gran solidez y un acabado perfectamente plano de las superficies, imprescindible para el perfecto funcionamiento del tren de engranajes. Batiendo a una frecuencia de 28.800 alternancias/hora, su volante de inercia variable está alimentado por un sistema de doble barrilete que proporciona una reserva de marcha de 55 horas.
Este reloj está dotado con un rotor patentado de geometría variable, por lo que puede modificar su inercia y acelerar o ralentizar el proceso de armado de la cuerda según el ritmo de vida de la persona que lo lleva. El fondo del reloj está protegido por un cristal zafiro con tratamiento antirreflejos que permite contemplar el calibre desde cualquier ángulo.
Y si el nuevo calibre automático es todo un espectáculo, no lo es menos el sofisticado acabado de la caja, que con unas medidas de 49,94 x 44,50 x 13,15 mm, permite elegir entre carbono NTPT o un llamativo cuarzo TPT en rojo vivo, desarrollado especialmente por los ingenieros de la marca a partir de una compleja tecnología utilizada en aeronáutica. Un cuarzo rojo de alto rendimiento que es capaz de resistir golpes de hasta 5.000 G.
Precio: 140.500 €.