Soberbia y siempre muy espectacular. Así es la colección de relojes excepcionales de Dior, ya sean Grand Bal o Grand Soir, que cada año se enriquece con nuevas piezas únicas a cuál más impresionante.

Completamente artesanales, este año se unen a la colección de relojes excepcionales nuevos modelos que redundan en el espíritu alegre y festivo que caracterizó al gran modisto fundador de la casa, Christian Dior. Sus vestidos de alta costura y sus acertadas puntadas siguen inspirando la relojería de esta elegante casa francesa que, recientemente, ha vuelo a abrir las puertas de su emblemático y ahora completamente renovado edificio del número 8 de la Avenue Montaigne.

Aquí se da cita la magia de una casa que representa como nadie la sofisticación y el glamour franceses, de los que su división de relojería no es ajena. En esta ocasión, los colores de la primavera, las flores y las plantas que tanto gustaba de cultivar Christian Dior y las libélulas que bien podrían pulular por su jardín inspiran las nuevas colecciones de Dior Horlogerie.   

Dior, Dior Horlogerie, entre flores y plantas, una preciosa libélula 

Entre las nuevas y siempre sugerentes piezas de la colección de Haute Horlogerie, este año destacan relojes que rinden homenaje a la primavera, a las flores y plantas que tanto amaba Monsieur Dior, y a esas libélulas que bien podrían pulular por su jardín, fuente de eterna inspiración en las colecciones de la casa, ya se trate de alta costura o de alta relojería.  

Grand Soir Herbier 

Dentro de la colección denominada Grand Soir, que desde 2010 rinde homenaje al rico patrimonio de la marca, en esta temporada destacan las hierbas y plantas que poblaban el esmerado jardín del modisto saltan a las esferas de nácar y diamantes de la nueva colección Grand Soir Herbier.

Dior, Dior Horlogerie, entre flores y plantas, una preciosa libélula 

Todos los relojes de esta extraordinaria y muy exclusiva colección de piezas únicas aluden a la gran creatividad de esta célebre casa, que, siguiendo siempre las líneas maestras de su fundador, ha sabido trasladar a sus relojes los principios y valores que la han hecho grande. El arte y la artesanía, el color, la imaginación y el refinado y sofisticado vocabulario Dior son protagonistas de esta colección de deslumbrantes relojes.  

Inspirados en el amor por las flores y las plantas que el modisto cultivaba en su jardín de Granville, los Dior Grand Soir Herbier remiten a su infancia, en 1912, cuando consultaba constantemente los catálogos botánicos y admiraba los bocetos de las plantas.

Dior, Dior Horlogerie, entre flores y plantas, una preciosa libélula 

La caja de 36 mm en oro blanco con diamantes en engaste nieve de los nueve exclusivos modelos de este año hacen gala de creativas esferas salpicadas de piedras preciosas delicadamente prensadas en láminas de nácar blanco. Sobre ellas, cobran vida brotes, ramas y hojas finamente grabados mientras los pétalos ricamente engastados permiten que las flores se conviertan en eternas.   

Perfecta combinación del mejor y más tradicional saber-hacer joyero y del incomparable universo Dior, en el reverso de cada uno de estos relojes únicos aparecen grabadas etiquetas antiguas con los lugares y las fechas de recolección de las flores.  

El movimiento que les da vida, indicando horas y minutos, es de cuarzo suizo y está descentrado en distintas posiciones según el motivo floral de la esfera. Así, en unos relojes aparece a las 2h, en otros a las 4h o incluso a las 8h. La representación de las plantas y flores manda. 

Dior, Dior Horlogerie, entre flores y plantas, una preciosa libélula 

Grand Soir Libellule 

En cualquier jardín que se precie no pueden faltar las libélulas, esos llamativos insectos sinónimo de buena suerte en varias culturas. Y desde luego, no faltaban en el jardín del modisto, que las ha representado en varios de sus objetos. En esta ocasión, la libélula es el deslumbrante centro de un precioso reloj, pieza única, de la colección Gran Soir

Dior, Dior Horlogerie, entre flores y plantas, una preciosa libélula 

Sobre una esfera de oro blanco repleta de diamantes talla brillante engastados en efecto nieve, se posa una libélula de oro amarillo finamente engastada con esmeraldas, zafiros y amatistas de diversos tamaños y colores, cuyas alas están hechas de nácar y coloridas plumas. La caja, de 36 mm, es de oro blanco, y en su reverso vuelve a aparecer la libélula, esta vez grabada. El bisel, también de oro blanco, se adorna con diamantes talla brillante. 

Como los Grand Soir Herbier, el movimiento de este reloj es de cuarzo, con indicación de horas y minutos, y está descentrado a las 12h.  

Dior, Dior Horlogerie, entre flores y plantas, una preciosa libélula 

Grand Bal de Printemps 

Como su nombre indica, los Grand Bal rinden homenaje a la fascinación de Christian Dior por los bailes y los vestidos de fiesta. No en vano afirmaba que el vestido de baile que haga soñar a una mujer “debe ser aquel que la convierta en una criatura de ensueño”. Así es como esta colección evoca las ondulaciones de un vestido de baile al ritmo de su célebre calibre Dior Inversé y su masa oscilante funcional, y preciosamente adornada, que se sitúa en la parte delantera de la esfera. Y es que los relojes de esta colección, también piezas únicas, hacen gala de un movimiento automático que pone de manifiesto el saber hacer relojero de la casa.  

Dior, Dior Horlogerie, entre flores y plantas, una preciosa libélula 

En esta colección de relojes, todos ellos piezas únicas, las siluetas creadas por el modisto cobran protagonismo a través de piedras preciosas de colores. Piedras preciosas de talla redonda, marquesa, pera y cojín que subliman el brillo de las masas oscilantes en oro plisado y que capturan los movimientos, los volúmenes y las ondas de las prendas de alta costura.  

Cada uno de estos relojes muestra los colores favoritos de Monsieur Dior y evoca los tonos pastel y románticos de la primavera, que tanto le gustaba. Una paleta de colores que se ve realzada por la exquisita caja de 36 mm realizada en oro blanco con diamantes en engaste nieve. El bisel se adorna con diamantes redondos o en talla baguette

Dior, Dior Horlogerie, entre flores y plantas, una preciosa libélula 

Y el baile continúa en el fondo de la caja, que incluye un boceto grabado de Monsieur Dior, numerado y firmado como en un verdadero cuaderno de colección.