Inspirada en el gusto por la fiesta y los bailes de máscaras de su fundador, Dior presenta una nueva colección de doce relojes joya. Piezas únicas en las que la masa oscilante, visible por el lado de la esfera, se convierte en una fascinante máscara veneciana de piedras preciosas y coloridas plumas. Grand Bal Masqué hace gala, una vez más, de la desbordante creatividad y buen saber-hacer de esta casa francesa.

La imaginación de la casa Dior a la hora de crear sus relojes es, como ocurre con sus vestidos de alta costura, desbordante. Casi tanto como la fantasía del propio Monsieur Dior, fuente de inspiración de la alta relojería desarrollada por esta exclusiva casa parisina, sin duda, la joya de la corona del todopoderoso grupo LVMH.

El gusto de Christian Dior por los bailes de sociedad, y particularmente su pasión por los bailes de máscaras, inspira la nueva colección de relojes Grand Bal Masqué. Una colección compuesta por una docena de sofisticados modelos, pieza única cada uno de ellos, que rinde homenaje a la sensibilidad innata del fundador de la maison hacia la fiesta. El gusto por lo esencial en armonía con el arte de la frivolidad. Lo efímero y lo onírico en eterna alianza.

El Baile del Siglo

Aficionado a disfrazarse él mismo, Monsieur Dior participa en los grandes eventos que marcaron su época. Un buen ejemplo es el famoso “Baile del siglo”, ofrecido por el coleccionista de arte Charles de Beistegui, uno de los personajes más extravagantes y excéntricos de la alta sociedad europea de mediados del siglo XX, en su Palazzo Labia de Venecia en 1951. Esta célebre gala fue una de las más deslumbrantes fiestas que se recuerdan, el primer gran evento social en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, que transformó el Palazzo en una reproducción de la obra “El banquete de Cleopatra”, del pintor italiano Tiepolo, y del que el propio Dior escribiría en su autobiografía que “fue la más hermosa fiesta que vi y que veré jamás”.

Junto a su amigo Salvador Dalí, con quien intercambió diseños, creó para este magno acontecimiento social los trajes de los gigantes cuya coreografía anunciaba el comienzo de una fiesta que ha pasado a la historia.

Entre los llamativos vestidos realizados por Dior, y que esa noche iluminaron Venecia, destacó el impresionante atuendo de Daisy Fellowes, editora de Harper’s Bazaar, que Cecil Beaton, invitado también a la fiesta, inmortalizó en una conocida fotografía frente al fresco de Tiepolo.

Dior Grand Bal Masqué Nº 1, Nº 2 y Nº 3
Dior Grand Bal Masqué Nº 1, Nº 2 y Nº 3

La colección Grand Bal Masqué

Todo ese esplendor cobra vida hoy en la nueva colección de alta relojería que Dior presenta este año y en la que la masa oscilante que anima cada reloj, convertida en una sofisticada y muy elaborada máscara, representa una oda a la alegría y recuerda la pasión del fundador de la casa por el universo de los disfraces.

Ya desde niño, Christian Dior creaba sus propios trajes, lo que, sin duda, marcó su destino. La sorprendente combinación de coloridas piedras preciosas y ornamentales, hilos de oro y plumas de los Grand Bal Masqué se hace eco del esplendor de aquellas fiestas en las que reinaba la elegancia y el refinamiento. Una alianza de materiales y color que rememora los destacados personajes encarnados por Monsieur Dior, como el Rey de la Jungla en el “Baile de Reyes y Reinas” ofrecido en París por Etienne de Beaumont en 1949.

Lo cierto es que esta innovadora colección de relojes está muy arraigada en la tradición de la casa Dior, no en vano para el primer desfile de alta costura de Maria Grazia Chiuri, directora creativa de la marca, se organizó un baile de máscaras en el parisino Museo Rodin. Más recientemente, y para celebrar el 20 aniversario de la Fundación del Patrimonio Veneciano, Dior celebró el “Baile Tiepolo”, una fastuosa gala en la que rememoraba, también en el legendario Palazzo Labia, aquel “Baile del Siglo” de 1951. En ambos eventos, los invitados se escondían detrás de disfraces o máscaras venecianas. Como los Grand Bal Masqué esconden un fondo de piedra ornamental, ya sea cuarzo rosa, lapislázuli, malaquita, crisoprasa, turquesa o calcedonia. Un pequeño secreto conocido sólo por su afortunada poseedora. 

Dior Grand Bal Masqué, detalle montaje máscara

A imagen y semejanza de esos fantásticos vestidos de fiesta diseñados por Dior, en los que no se repara en el tiempo invertido, ni en los metros de suntuosos tejidos e hilos, estos nuevos relojes combinan técnica y estética en un ejercicio de infinito esmero por el detalle. Soberbios acabados que ponen de manifiesto todo el saber-hacer y la creatividad de esta casa. Nada queda al azar. Todo tiene un sentido, una finalidad que confiere a la colección su carácter único siempre en sintonía con la alta costura que caracteriza a esta prestigiosa casa.

Así, el movimiento giratorio de un vestido de baile se reconoce en el movimiento de la masa oscilante, funcional y visible por el lado de la esfera. Y es que los Grand Bal Masqué, como todos los relojes de la línea Grand Bal, cobran vida gracias al calibre automático Dior Inversé 11 1/2, desarrollado íntegramente por la casa en sus talleres de relojería de la Chaux-de-Fonds, en asociación con la manufactura Soprod. Un movimiento automático que permite una reserva de marcha de 42 horas y ha requerido más de 18 meses de investigación. La mayoría de sus componentes han sido recalculados y rediseñados en una nueva y original construcción.

En cada esfera, realizada en oro amarillo o blanco y pulida hasta conseguir un brillo homogéneo y deslumbrante, aparece en relieve un rostro femenino que se oculta misterioso tras una máscara veneciana de piedras preciosas -diamantes, zafiros rosas, azules y amarillos, rubíes, esmeraldas, granates, amatistas, topacios, ópalos…- y sedosas plumas que hace la función de masa oscilante danzando al ritmo de la fiesta.

Dior Grand Bal Masqué Nº 5 y Nº 6
Dior Grand Bal Masqué Nº 5 y Nº 6

Tres tipos de rotor o masa oscilante

Para esta colección, el Estudio de Creación de Dior ha ideado tres tipos diferentes de rotor o masa oscilante. Y cada una de ellas es objeto de un desarrollo específico para calcular la inercia del peso necesario para que funcione correctamente por el lado de la esfera. Cada masa oscilante ha necesitado de unas 200 horas de trabajo en CAD (Diseño asistido por ordenador). Una vez diseñada, los relojeros deben ensamblar más de 98 elementos diferentes y 11 materiales distintos en cada pieza.

“Son muchas las técnicas y habilidades de precisión que hay que dominar para producir todos los elementos que componen las masas oscilantes de esta colección: corte por láser, pintura en miniatura, engaste nieve…”, explica la marca. “El uso de varias piedras ornamentales fue un gran desafío para nuestros artesanos, cada piedra preciosa tiene sus propias características y especificidades. Por ejemplo, el ópalo no se puede cortar con un grosor inferior a 0,60 mm porque es demasiado frágil y se rompe con facilidad. Las plumas se cortan a mano y sólo se usan sus puntas. El número de plumas difiere en cada pieza, dependiendo de la densidad de cada tipo de pluma”. No es de extrañar, pues, que para realizar, ensamblar y engastar una sola masa oscilante se necesiten 10 días de trabajo de los más expertos artesanos.

Dior Grand Bal Masqué, detalle montaje

12 obras de arte

Cada uno de los 12 modelos que componen esta colección hace gala de una caja de oro blanco de 36 mm de diámetro con pavé de diamantes redondos en engaste nieve, bisel también de oro blanco con diamantes talla baguette y corona igualmente de oro blanco engastada con un diamante talla rosa y pavé de diamantes redondos en engaste nieve.

Entre la caja, el bisel, la corona y la hebilla del brazalete no hay menos de 1.100 diamantes de la más alta calidad, engastados con distintas técnicas, en cada reloj. Tanto es así que se requieren entre 9 y 10 días de trabajo para la colocación de estas fascinantes piedras preciosas. Sólo la caja con sus 687 diamantes en engaste nieve necesita unas 40 horas de concienzudo trabajo; el bisel, con 104 diamantes redondos y 60 baguette, unas 15 horas; la corona, con 82 diamantes redondos y uno talla rosa necesita 4 horas; y la hebilla del brazalete con 179 diamantes redondos en nieve, más de 7 horas.

Auténticas obras de arte que se completan con una pulsera de satén azul o gris en relieve según versión. Piezas únicas que ponen de manifiesto, una vez más, toda la creatividad y saber-hacer de la casa Dior, cuya inspiración está siempre en la fantasía y el gusto por los placeres de su fundador.

Dior Grand Bal Masqué Nº 7, Nº 8 y Nº 11
Dior Grand Bal Masqué Nº 7, Nº 8 y Nº 11

FICHA TÉCNICA GRAND BAL MASQUÉ

Movimiento:

  • Mecánico de carga automática, calibre Dior Inversé 11 1/2.
  • Masa oscilante funcional situada en el lado de la esfera en platino, oro amarillo y oro blanco engastada con múltiples piedras preciosas de distintas tallas: diamantes en engaste nieve, espinelas rosas, zafiros azules, rosas y amarillos, rubíes, esmeradas, granates, granates tsavoritas, amatistas, ópalos, apatitas, aventurina, topacio, nácar de distintos colores, malaquita, y adornos de plumas de varios colores.
  • Reserva de marcha de 42 horas.

Características:

  • Pieza única.
  • Caja de 36 mm de diámetro de oro blanco pavé de diamantes redondos en engaste nieve.
  • Bisel en oro blanco de 18 quilates engastado con diamante talla baguette.
  • Corona de oro blanco engastada con un diamante talla rosa y pavé de diamantes redondos en engaste nieve.
  • Fondo en cuarzo rosa, lapislázuli, malaquita, crisoprasa, turquesa o calcedonia según modelo.
  • Esfera de oro amarillo o de oro blanco pulida, agujas de horas y minutos pulidas en oro amarillo, oro rosa o blanco.
  • Funciones de horas y minutos.
  • Hermético hasta 50 metros de profundidad.

Brazalete:

  • Pulsera de satén azul o gris con relieve, según el modelo, y cierre ardillon en oro blanco pavé de diamantes redondos engaste nieve.

Precio:

  • A consultar punto de venta.