Icono de la vanguardia relojera Richard Mille se ha convertido en marca de referencia para coleccionistas y aficionados. Reconocible a primera vista por su caja de forma tonel, sus ingeniosas maquinarias respetan la más pura tradición relojera por su minucioso trabajado artesanal y apuntan hacia un nuevo horizonte. Ahora es el turno del RM 67-01, un reloj extraplano.

A medio camino entre La Chaux-de-Fonds y Le Locle, en Les Breuleux, se encuentra el edificio ProArt, un novedoso desarrollo contemporáneo diseñado por el estudio arquitectónico Chavanne. Allí es donde se producen maquinarias excepcionales y donde Richard Mille y Dominique Guenat fundaron Horometrie S.A. en 2001. Un espacio futurista de 3.320 metros cuadrados que integra el diseño como uno más, el más importante, el principal componente de los productos que allí se desarrollan. “Una fábrica excepcional para la creación de productos excepcionales”, según Richard Mille.

La vanguardia relojera omnipresente en Richard Mille forma parte tanto de las cajas y como de partes del movimiento como platinas, pulsadores o puentes. Y es ésta el verdadero aliciente del trabajo de la marca de Les Breulex, el referente a partir del cuál se experimenta con nuevos materiales, metales preciosos y otras aleaciones.

Pensando en la innovación constante, la ejecución manual y la complejidad mecánica y atendiendo a máximas como la funcionalidad y el diseño, Richard Mille ha desarrollado un reloj automático plano que mantiene constantes de la marca como la profundidad visual del movimiento y el protagonismo tecnológico. Un desarrollo esqueletado de apariencia extraplana conocido como RM 67-01.