En el Salón Internacional de la Alta Relojería de Ginebra (SIHH), que se celebrará entre el 19 y el 23 de enero, Jaeger-LeCoultre presenta el Doumètre Sphérotourbillon Moon, que indica las fases lunares con tan solo un día de desviación cada 3.887 años.
La máxima precisión funcional del Duomètre Sphérotourbillon Moon está ligada directamente al concepto creado y desarrollado por esta manufactura, bajo el nombre de Dual-Wing®, por el que dos mecanismos en una misma caja poseen su propia fuente de energía y su propio tren de ruedas. Así mientras uno se centra solamente en transmitir la fuerza al volante con la mayor constancia posible, el otro, que ordena las funciones, mantiene el ritmo impuesto por el primero. Ambos están unidos por un órgano regulador que asegura su perfecto funcionamiento.
Fiel a dicha innovación, el pulsador del Duomètre Sphérotourbillon, situado a la altura de las 2 horas, permite colocar en cero el segundero pequeño, colocado a las 6 horas, según el principio del Flyback, es decir sin pararse el funcionamiento del órgano regulador. De esta manera, el segundero pequeño se posiciona en cero y comienza inmediatamente su carrera, sin detenerse el volante, por lo que no se pierde tiempo alguno entre la parada y el momento en que el órgano regulador vuelve a adoptar su ritmo habitual.
En la vertiente de la espectacularidad, este nuevo modelo supone un antes y un después dentro del universo de las complicaciones vinculadas al calendario. Mientras que, hasta ahora, en un calendario perpetuo Jaeger-LeCoultre la desviación de una fase lunar era de un día cada 122 años, en este nuevo Duomètre Sphérotourbillon Moon, esta desviación está concebida con una precisión extraordinaria: tan solo un día durante nada menos que 3.887 años.
Además, partiendo de la base de que cada planeta gira en torno a un eje que nunca es perpendicular al plano orbital –el ángulo que forma el de la Tierra es de aproximadamente 23 grados–, dentro de este mismo contexto excepcional, el eje de rotación suplementaria del Sphérotourbillon comparte dicha inclinación. Es decir, además de efectuar una revolución en torno al eje de su jaula de titanio, el Sphérotourbillon también gira alrededor de un segundo eje, inclinado 20 grados. Un genial guiño a la inclinación de la Tierra, que se prolonga, según una línea imaginaria, hasta Ursae Minoris (la estrella polar).
Con una esfera graneada plateada, su caja de 42 mm de diámetro, elaborada en platino, muestra el disco de las fases lunares a la altura de las 3 horas, aunque habitualmente en Jaeger-LeCoultre esta complicación siempre ha estado ubicada a las 6 horas. Elaborado en lapislázuli, piedra que parece formar parte de la bóveda celeste, alberga unas estrellas espolvoreadas que hacen eco a la luna, a las agujas y a los índices, en un ambiente bicolor que también transgrede los códigos tradicionales de la manufactura.
Una escalera de alpaca no tratada con acabado satinado encierra el núcleo central para los movimientos de rotación del Sphérotourbillon, con una apertura sobre el flanco de la caja para ofrecer un ángulo de visión intimista y, a su vez, grandioso.
Se presenta con hebilla desplegable, producida en platino, que lleva incorporado un dispositivo, compuesto de unas cien piezas, que posibilita ajustar la longitud con una exactitud milimétrica en función de la temperatura o de la humedad.