Arquetipo del reloj clásico y emblema de la marca, con el nuevo Datejust 41, que alberga el innovador calibre automático 3235, Rolex inaugura una nueva generación de relojes de mayor rendimiento, autonomía, fiabilidad y precisión. Su título de Cronómetro Superlativo le hace merecedor de una garantía internacional de cinco años.

Dentro de su célebre gama Oyster, Rolex ha presentado este año algunas novedades importantes dirigidas a mejorar el rendimiento de sus mecanismos. Aunque ya hemos hablado del certificado de Cronómetro Superlativo con el que ha dotado a todos sus relojes, no está de más recordar qué significa esta nueva certificación que la marca ginebrina creó el año pasado y que éste ha extendido a todos sus guardatiempos. Se trata de una serie de pruebas que se realizan al conjunto del reloj, no sólo al mecanismo, para garantizar su máximo rendimiento, una vez puesto en la muñeca y con el uso diario, en materia de precisión, hermeticidad, cuerda automática y autonomía. Unas exigentes pruebas que aseguran la precisión de un Rolex entre -2/+2 segundo al día, es decir, más del doble de la que se le exige a un cronómetro oficial, según el COSC. Esta nueva certificación, que se acredita con un sello verde, va acompañada de una garantía internacional de 5 años.

Uno de los relojes que hace gala de este título de Cronómetro Superlativo es el renovado Oyster Datejust 41 mm. Un clásico que para la ocasión se equipa con el calibre 3235, desarrollado íntegramente por la marca de la estrella.

La nueva caja tiene un diámetro de 41 mm y está disponible en Rolesor amarillo y Rolesor Everose (acero y oro amarillo o Everose de 18 quilates), con una amplia gama de esferas. El brazalete, Oyster en Rolesor Everose, o Jubilé en Rolesor amarillo.

Arquetipo del reloj clásico tanto por su diseño intemporal como por su funcionalidad, Datejust, creado en 1945, fue el primer reloj de pulsera cronómetro, automático y hermético, que indicaba la fecha en una ventana insertada en la esfera a las 3h. Sin duda, toda una útil innovación en uno de los relojes más reconocidos del mundo, que, a pesar de los años, ha sabido mantener sus códigos estéticos y técnicos, mejorados ahora con el calibre 3235 y su definición -¡cómo no!- de Cronómetro Superlativo con una garantía de 5 años.

Rolex Oyster Perpetual Datejust 41 Calibre 3235

El calibre 3235

Movimiento automático de nueva generación, este calibre de alto rendimiento cuenta con 14 patentes que hacen referencia tanto al diseño de sus componentes como al proceso, más tecnológico, de fabricación. En aras de una mayor precisión, autonomía (casi 3 días), resistencia a los golpes y al antimagnetismo y, en consecuencia una mayor fiabilidad, más del 90% de los elementos que componen este calibre han sido rediseñados y optimizados. Desde la producción y almacenamiento de la energía (módulo de cuerda automática y muelle de barrilete) hasta el órgano regulador, responsable de la precisión (oscilador), pasando por el tren de engranaje y el escape. Precisamente el escape, órgano vital que transmite al oscilador los impulsos necesarios para que funcione con regularidad, es objeto de una de las más significativas innovaciones, denominada por la casa Chronergy. Su novedosa geometría permite un rendimiento un 15% más eficaz que cualquier escape suizo convencional. Para ello, “se ha modificado el grosor de las paletas, que se ha reducido a la mitad mientras la superficie de contacto de los dientes de la rueda se ha duplicado. Además, el sistema ya no está alineado, sino que presenta una línea discontinua con una mayor distancia entre los ejes de giro del áncora y del volante, creando un efecto palanca más significativo. Finalmente, la rueda es calada lo que proporciona una mayor ligereza y disminuye su inercia”, explican los ingenieros de la marca. Fabricado en níquel y fósforo, es además insensible a las perturbaciones magnéticas.

En cuanto a la autonomía, este nuevo calibre 3235 proporciona hasta tres días (unas 70 horas) de reserva de marcha, gracias a su nuevo barrilete que ha reducido sus paredes (hasta un 50% sobre uno normal) para aumentar el tamaño del muelle motor que alberga y ganar una autonomía de hasta 10 horas respecto a un calibre automático convencional. Además, cuenta con una nueva masa oscilante monobloque calada, montada sobre un rodamiento de bolas y sujeta con un único tornillo central. Todo esto hace que el armado del reloj sea más rápido y eficaz.

Por si todo esto -mejoras, en definitiva, difíciles de percibir a simple vista por el usuario- no fuera suficiente, este nuevo calibre beneficia también el uso y ajuste del reloj. A la ya citada eficacia y rapidez de la carga automática hay que añadir la facilidad de manejo gracias a la buena definición de las muescas que indican las funciones de la tija. Además, se han optimizado las velocidades de corrección, permitiendo una puesta en hora muy precisa. Un dato importante es que el calendario se puede corregir en cualquier momento.