«Entrar en relojería» es, de alguna manera, sumergirse en un mundo fascinante que toca la filosofía, la técnica, los materiales, la creatividad, la habilidad, la inteligencia, por citar sólo algunos ejemplos. Y si en un mundo tan extenso es necesario preservar los valores tradicionales, es indispensable también innovar si no se quiere retroceder.

Estamos en 2008. Alexandre Pesci, que dirige un importante grupo industrial, se apasiona por la relojería y la automoción. Pero, en vez de comprar una colección de relojes y de coches, con sus grandes pasiones crea dos compañías.

La primera se llama Rebellion Racing. Se trata de una escudería de coches de carrera que desarrolla sus propios automóviles y que ha dominado el mundo de la competición automovilística. Así, en 2011 y 2012 consiguió la victoria en la categoría “equipos privados” en la mítica carrera de las 24 horas de Le Mans.

La segunda se llama Rebellion Time Pieces. Es una marca de relojería que se inspira en el mundo del automóvil para proponer guardatiempos en perfecta adecuación con el espíritu de la competición automovilística. De esta manera, desde la primera línea de relojes creados por Rebellion Time Pieces y con la colaboración de uno de los mejores diseñadores relojeros contemporáneo, Eric Giroud, la adecuación entre los dos mundos de Rebellion era evidente.

Un encuentro mágico

Si las primeras piezas de Rebellion Time Pieces ya estaban fuertemente marcadas por el carácter muy deportivo de la competición automovilística, Alexandre Pesci, el fundador de la marca, no tenía para nada la intención de quedarse satisfecho con este enfoque. En su espíritu, la diversidad relojera-automovilística daba origen a nuevas complicaciones en el arte de medir el tiempo. Por lo tanto, cuando al borde de la pista de la carrera de coches se cruza con David Candaux, un joven relojero independiente con mucho talento, la corriente fluye entre los dos hombres. Y cuando empiezan a hablar, Alexandre Pesci propone a su interlocutor imaginar una complicación que sea un récord del mundo. Y propone a David Candaux que desarrolle un movimiento que ofrezca 1.000 horas de reserva de marcha, una hazaña jamás lograda antes y que dará al innovador Rebellion T 1.000 el récord del mundo durante un cierto tiempo en el terreno de la reserva de marcha.

Rebellion David Candaux

David Candaux no es un hombre que da marcha atrás. Inmediatamente seducido por el desafío, se puso a trabajar a partir de una hoja en blanco. Sin embargo, no fue sencillo porque resultaba totalmente imposible utilizar los sistemas tradicionales para llegar a acumular una energía tan considerable con una construcción relojera tradicional. El propio Candaux nos lo explica así:

“El T1.000 y el Gotham son relojes con un aspecto exterior sencillo, pero que contienen en el interior una multitud de innovaciones. Y la más importante de estas innovaciones es, por supuesto, la palanca de armado. Lo he inventado para permitir, de manera sencilla, almacenar una energía colosal pidiendo a su usuario un esfuerzo y un movimiento mínimo. En efecto, no era cuestión de proponer un reloj en el que hubiera que dar más de cien vueltas a la corona de armado para aportarle la energía necesaria. En el T1.000 y el Gotham, se puede obtener un armado casi sin esfuerzo gracias al imponente brazo de la palanca. Aunque es bastante sencillo, esta técnica permite acumular en el reloj una fuerza de más de 7.000 gramos/fuerza/milímetro, es decir más de 7 kilos. En comparación, hay que saber que generalmente un reloj estándar supera pocas veces los 800 gramos”.

“La idea de este sistema me surgió por casualidad. Estaba renovando mi granja y los talleres relojeros y fui al cantón de Valais, en la montaña, a buscar vigas de madera. Después de haberlas cargado en el camión, até el cargamento con cuerdas. Al tensarlas, me di cuenta de que se ponían duras como el hormigón. Comprendí entonces que tenía que utilizar el mismo sistema en el reloj, a saber, construir una cadena, no una correa, que me permitiría transmitir la energía del brazo de armado a los seis barriletes, colocados a razón de 3 en cada lado del movimiento”.

Pero esta cadena resulta ser minúscula, ya que realmente mide 5,8 centímetros de largo y dispone de 182 componentes. Es una verdadera exclusividad industrial y se necesitan de 5 a 8 horas de trabajo para montarla. Pero es una verdadera cadena, como una cadena de motocicleta. “Para producirla, con mi partenaire, llegamos a los límites de lo que se puede hacer hoy. Hemos construido los eslabones de titanio, el pasador central de acero inoxidable, el manguito de bronce y el rodillo de acero inoxidable también. La dificultad reside en el montaje porque había que asegurarse en cada instante que estuviera totalmente libre. Fue un momento difícil, pues no partíamos de algo ya existente, no había nada ni parecido. No podíamos hacer los ajustes habituales y hubo que elaborarlo todo desde el principio. Porque, aunque en la literatura destinada a los ingenieros encontramos absolutamente todo sobre los sistemas de cadenas, en nuestro caso, nos vimos obligados a encontrar un sistema de fabricación totalmente inédito. Pero lo logramos y nos enorgullecemos de ello. De hecho, la cadena terminada tenía un peso de casi 15 kilos. Sin embargo, para que el reloj pudiera cumplir con su trabajo, tenía que soportar 1,6 kilos por barrilete. Así que con 6 barriletes llegábamos a menos de 10 kilos y así llegamos a nuestras 1.000 horas de reserva de marcha”, cuenta David Candaux.

Pero como el espacio es limitado, Candaux encontró bastantes problemas, particularmente con los muelles del barrilete. Tanto es así, que “tuvimos que hacer otros nuevos porque como llegábamos a 3,5 mm de altura por 0,10 mm de espesor, no se podía utilizar sistemas tradicionales. Nuestro fabricante de muelles intentó pasarlos por la laminadora y reducirlos, pero no funcionaba porque se rompían. Entonces probamos a recocer el material en medio del tratamiento para quitarle las tensiones. Y funcionó y eso nos permitió trabajar a continuación la geometría de la pieza. En esto también somos pioneros porque hemos sido los primeros en crear un piñón de escape y un tren de engranaje cónico. Así que desestructuramos todo y construimos el chasis”, explica el relojero.

David Candaux cuenta además que el movimiento de estos dos modelos, T1.000 y Gotham, es un concentrado de tecnologías de vanguardia. Hay que remarcar en primer lugar la rueda vertical, que es poco convencional. Luego los seis barriletes con dimensiones especiales que permiten acumular la energía necesaria para permitir 1.000 horas de reserva de marcha. Estas dos veces tres barriletes dispuestos a cada lado del reloj se unen mediante la cadena mecánica más pequeña del mundo. Las dos filas de tres barriletes están conectados mediante un eje de enlace cuya dimensión puede parecer desproporcionada para un reloj, pero este tamaño es obligatorio porque es este eje de enlace el que soporta las presiones más grandes generadas en el movimiento.

Después de este eje, tenemos la rueda de desmultiplicación que también es más consecuente que lo habitual con sus 7 móviles. Al final del tren de engranaje, se puede ver el volante que se encuentra en una posición peculiar con una inclinación de 39º, lo que permite un ajuste más constante.

A destacar también el módulo de visualización mediante cilindros colocados a cada lado del tren de engranaje. La complejidad de esta visualización reside en el hecho de cruzar de una parte y de otra la rueda para mantener los dos cilindros de las horas y de los minutos relacionados. En caso de que estos dos cilindros no estuvieran relacionados, horas y minutos estarían desfasados lo que nos daría indicaciones de tiempo completamente falsas.

También ha sido necesario permitir en la visualización la separación del movimiento en el momento del ajuste de hora, y para ello ha habido que crear un sistema de fricción horizontal gestionado por un micro muelle de compresión. Finalmente, llegamos al chasis. En realidad son los puentes y las platinas del reloj. Se han llamado chasis, pero su arquitectura se ha inspirado en la competición automovilística y en la arquitectura metálica. Todos los chasis han sido calculados para ser lo más rígidos posible y a la vez lo más ligeros posible. Para llegar a esta hazaña todo el chasis del movimiento ha sido realizado en aluminio.

Hoy, Rebellion Timepieces dispone de dos modelos de relojes equipados con este fantástico sistema. Son el T1.000 y el Gotham. Este último se diferencia del primero porque su brazo de remontaje se ha instalado debajo del reloj. En cuanto al aspecto general, el Gotham hace gala de un carácter más viril y más potente.

 

FICHA TÉCNICA T1.000 GOTHAM

MECANISMO:

  • Movimiento manufactura REB T-1000, en varios colores, de carga manual con palanca de armado integrada. 693 componentes para el chasis.
  • Volante de doble espiral con inclinación de 39º. 18.000 alternancias por hora.
  • Sistema patentado de seis muelles enrollados en paralelo por dos cadenas de rodillos.
  • Reserva de marcha de 1.000 horas gracias a 6 barriletes (2 x 3) verticales.

CARACTERÍSTICAS:

  • Caja de titanio natural y/o ennegrecido y titanio DLC con unas dimensiones de 52,2 mm x 47,9 mm x 18,2 mm.
  • Cristal zafiro anti reflejante. Serie limitada a 25 piezas.

BRAZALETE:

  • Cuero alligator negro con doble cierre desplegable de titanio.

Rebellion T1000 Gotham

Rebellion T1000 A4 WFICHA TÉCNICA T1.000

MECANISMO:

  • Movimiento manufactura REB T-1000, de carga manual con palanca de armado integrada. 693 componentes para el chasis.
  • Volante de doble espiral con inclinación de 39º. 18.000 alternancias por hora.
  • Sistema patentado de seis muelles enrollados en paralelo por dos cadenas de rodillos.
  • Reserva de marcha de 1.000 horas gracias a 6 barriletes (2 x 3) verticales.

CARACTERÍSTICAS:

  • Caja de titanio y titanio DLC con unas dimensiones de 46,7 mm x 46,9 mm x 19,5 mm.
  • Serie limitada a 50 piezas.

BRAZALETE:

  • Cuero alligator negro con doble cierre desplegable de titanio.

Rebellion T1000 A4 W