El afán de innovación y el compromiso con el arte de Patek Philippe le han llevado a crear nuevos estilos de engaste con los que enriquecer sus relojes femeninos. Un buen ejemplo es la técnica Flamme, que presentó hace unos años en su Calatrava ref. 7200, y que se utilizaba por primera vez en relojería.
El compromiso de Patek Philippe con el arte se deja sentir en buena parte de sus relojes, especialmente en los modelos femeninos. Así, su afán de innovación y sentido artístico hizo que en 2016 la manufactura ginebrina presentara un nuevo estilo de engaste que realzaba aún más el brillo de los diamantes. Una nueva y minuciosa forma de fijar las piedras preciosas que denominó Flamme (Llama, en español) y que se utilizaba por primera vez en relojería.
Diamantes en hileras alternas
El reloj elegido por Patek Philippe fue el Calatrava referencia 7200, uno de los buques insignia femeninos de esta casa, lanzado unos años antes, en 2013, dotado con una elegante caja extraplana estilo Officer. En la nueva versión con engaste Flamme, el bisel de oro rosa se adorna con 142 diamantes colocados en dos hileras que van alternándose.
Más allá de su inédito engaste, este Calatrava atrae todas las miradas también por los acabados manuales de su calibre 240 extraplano y automático, con mini rotor de oro de 22 quilates integrado en el movimiento. El achaflanado, perlado, Côtes de Gèvéve de este legendario movimiento se pueden admirar a través del fondo de cristal de zafiro.
No cabe duda de que su novedoso engaste Flamme y su sofisticada mecánica hacen de este Calatrava 7200/200R una pieza excepcional de irreprochable ejecución.

Destellos de llamas
Pero, ¿de dónde procede la denominación Flamme? Sin duda del sofisticado arte francés de la joyería, en el que “les petites flammes” hacen referencia a los destellos en forma de llamas de las virutas de oro dejadas por el cincel. Pero según explica Patek Philippe, la técnica Flamme describe también “las inusuales bolitas de oro que sujetan cada diamante. Bolitas que contrastan con la redondez de la piedra preciosa y que dotan al reloj de una luz excepcional, proporcionándole un brillo y una vivacidad a los diamantes nunca vistos hasta entonces”.
Y es que, como ocurre con el grabado y el esmaltado, el arte del engaste forma parte de las técnicas decorativas más antiguas vinculadas a la relojería. Baste recordar que los primeros relojes portátiles se ornamentaban generalmente con suntuosos aderezos de piedras preciosas.
Heredera de la más pura tradición ginebrina, desde su fundación en 1839, Patek Philippe se siente comprometida con la conservación de los oficios y técnicas de la alta artesanía. Numerosos relojes expuestos en el magnífico Patek Philippe Museum de Ginebra dan fe de ello. Nobleza obliga.