Omega ha marcado importantes hitos en la historia del cronometraje deportivo. Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932 marcaron el inicio de esta gran carrera, que en los últimos 80 años ha llevado a la marca suiza a medir el tiempo de los atletas en 25 Olimpiadas. En las pasadas, celebradas en Londres, Omega volvió a cronometrar una vez más la que es, sin duda, la gran prueba del deporte en la que cada milésima es decisiva.

Londres, la ciudad que presenció el nacimiento del cronometraje moderno en 1948 con la introducción de las células fotoeléctricas, los bloques de salida de atletismo y la cámara photofinish, ha celebrado hace unos días la mayor cita del deporte mundial, los Juegos Olímpicos. Unos Juegos que tienen un significado especial para Omega, puesto que marcan la 25ª participación de la marca como cronometrador oficial del evento.

Lo cierto es que desde hace 80 años el nombre de Omega está íntimamente ligado al cronometraje olímpico. Un cronometraje que sólo cedió en dos ocasiones, la primera en 1964 en los Juegos de Tokio, que fueron cronometrados por Seiko, y la segunda, más larga en el tiempo, pues duró 12 años, desde los Juegos de Barcelona en 1992 hasta los de Atenas en 2004, años en los que fue Swatch la encargada de medir el tiempo deportivo.

Al igual que en cada una de las ediciones de los Juegos Olímpicos que ha cronometrado, Omega presentará en la capital británica nuevas tecnologías de medición en busca siempre de la precisión al milímetro. “Si bien es cierto que la tecnología permite una mayor flexibilidad en la distribución, la visualización y el almacenamiento de los resultados, su misión sigue teniendo el mismo objetivo que los cronógrafos utilizados en nuestros primeros Juegos Olímpicos en 1932: inmortalizar los extraordinarios desempeños de los mejores atletas del mundo”, explica su presidente Steve Urqhuart.

Mientras los relojes de cuenta regresiva que Omega había instalado en Trafalgar Square y Greenwich marcaban los segundos que faltaban para el inicio de la ceremonia de apertura de estos Juegos, los profesionales del cronometraje y el procesamiento de datos de Omega se preparaban con vehemencia para el evento. Y es que por vigésima quinta  vez los suizos han sido los cronometradores oficiales de los Juegos Olímpicos. El 29 de agosto, asumirán el mismo papel en los Juegos Paralímpicos.

Protagonista indudable de la evolución de las nuevas tecnologías en el cronometraje, la primera vez que cronometró unas Olimpiadas, en 1932, la marca suiza sólo utilizó 30 cronógrafos para todas las pruebas. Este verano, ocho décadas después, movilizará a más de 450 profesionales del cronometraje y el procesamiento de datos que estarán a cargo de 400 toneladas de material.

Coincidencia o no, una fecha importante en la historia del cronometraje deportivo fue la Olimpiada de 1948 que se celebró también en la capital británica. Aquí, la British Race Finish Recording instaló la primera cámara photofinish, bautizada como “el ojo mágico” y que funcionaba conjuntamente con el sistema de cronometraje de Omega. Este revolucionario instrumento estaba dotado de un sistema de visualización continua y una velocidad de registro que se adaptaba a cualquier deporte, desde el remo al ciclismo. Marcó el final del control humano de la precisión, que pasó a ser dominio de las máquinas y su tecnología.

Omega cronometrador JJOO

Principales hitos

En todos estos años de cronometraje olímpico Omega ha aportado nuevas tecnologías y sistemas que han trascendido de los Juegos Olímpicos y han dado a la competición deportiva en general una mayor precisión. He aquí algunos ejemplos:

  • 1932. Omega se convierte en el Cronometrador Oficial de los Juegos de Los Ángeles, proporcionando para el conjunto de disciplinas 30 cronógrafos de alta precisión, todos certificados cronómetros por el Observatorio de Neuchâtel. Omega gana la adhesión del Comité Internacional Olímpico gracias al certificado de precisión que poseen sus cronógrafos. Los resultados oficiales son registrados en décimas y quintos de segundos.
  • 1936. Para los Juegos Olímpicos de Berlín, 185 cronógrafos fueron llevados desde Bienne a la capital alemana en una maleta transportada por el maestro relojero de Omega Paul-Louis Guignard de 29 años. El legendario Jesse Owens ganó cuatro inolvidables medallas de oro.
  • 1948. Omega utilizó por primera vez células fotoeléctricas en los Juegos Olímpicos de Invierno en St. Moritz de este año. Móviles, independientes de la red eléctrica, impermeables, podían resistir grandes variaciones de temperatura; su tecnología infrarroja era insensible a las llamadas reflexiones parasitarias del sol y de los flashes. Por primera vez, el sistema de cronometraje era activado automáticamente con la apertura del portón de salida.
  • 1952. En Londres, la British Race Finish Recording desarrolló la primera cámara photofinish, conocida como “Magic Eye”, y dotada de un sistema de visualización continuo y una velocidad de registro que podía ser modulada en función de los diferentes deportes. Este aparato funcionaba conjuntamente con el sistema de cronometraje Omega.
  • 1952. Capaz, desde entonces, de mostrar las centésimas de un segundo debajo de las imágenes de los atletas que cruzan la línea de llegada, el Racend Omega Timer sustituyó al Magic Eye en 1949 y fue rebautizado como cámara Photofinish para las Olimpiadas de 1952. La era del cuarzo y la electrónica había llegado, sobre todo con la aparición de dispositivos como el Omega Time Recorder, móvil e independiente de la red eléctrica, que imprimía los resultados en una bobina de papel y que hizo merecedora a la marca suiza de la prestigiosa ‘Croix du Mérite Olympique’. En adelante, los tiempos oficiales se registrarían con una precisión de una centésima de segundo.
  • 1956. En los Juegos Olímpicos de Invierno de este año en Cortina d’Ampezzo, Italia, se utilizan por primera vez los portones de salida en las competiciones de esquí alpino. El tiempo de salida se acciona automáticamente por una señal acústica-luminosa (roja, amarilla y verde). La innovación más espectacular fue desvelada en la piscina de Melbourne durante los Juegos de Verano: el Swim Eight-O-Matic, el primer cronómetro semiautomático desarrollado para las competiciones de natación. Con su visualización digital, permitió a los cronometradores establecer la clasificación de nadadores que terminaban prácticamente al mismo tiempo.
  • 1964. Inventado tres años antes, el Omegascope revoluciona el cronometraje introduciendo el concepto de «tiempo real» en las transmisiones deportivas televisadas sobreponiendo números luminosos en la parte inferior de la pantalla. Esta nueva tecnología, que no dejaba ningún margen al error ya que era vista por millones de telespectadores, fue utilizada en los Juegos de Invierno de Innsbruck, los primeros Juegos completamente cronometrados electrónicamente.
  • 1968. El ‘cronometraje integrado’ fue introducido en los Juegos de Grenoble y México, en donde el cronometraje electrónico y automático fue utilizado por primera vez, proporcionando análisis estadísticos. La aparición del Photoprinter, permitió igualmente una transmisión de resultados más rápida. Pero el avance tecnológico más espectacular fue la introducción de las «touch pads» que habían sido inventados ocho años antes tras una controvertida decisión en los Juegos de 1960 en Roma. Los «touch pads» permitían a los nadadores parar el cronómetro con sus propias manos, prescindiendo así de los cronometradores en el borde de la piscina.
  • 1972. Múnich fue testigo de la controversia provocada por la primera y única medalla de oro ganada en una piscina sobre la base del cronometraje a la milésima de segundo que obligó a un cambio en la reglas. En los 400 metros estilos, el sueco Gunnar Larsson, doble campeón europeo y el estadounidense Tim McKee, cubrieron la distancia en 4:31.98. Larsson fue oficialmente declarado vencedor gracias a su tiempo de 4:31.981 contra 4:31.983. Esta polémica cambió las reglas algunos días después y desde entonces los tiempos se miden a la centésima de segundo.
  • 1980. El Omega Game-O-Matic, que calculaba y visualizaba la clasificación de los atletas en el momento en que pasaban la línea de llegada, fue utilizado por primera vez en los Juegos Olímpicos de Invierno de Lake Placid. En los Juegos de Moscú, la nueva versión del Swim-O-Matic presenta las dimensiones de un maletín y sólo pesa 1,2 kg, comparado con los 150 kg de su colosal predecesor de 1976.
  • 1984. Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles fueron los primeros en ofrecer imágenes photofinish a color. Sus reproducciones impresas, firmadas por los atletas, eran altamente apreciadas. Este mismo año se introducen también detectores de salidas en falso Omega en las competiciones olímpicas. La precisión del cronometraje permitió, por primera vez en la historia de la natación olímpica, atribuir dos medallas de oro en una misma carrera: en los 100 metros estilo libre, las estadounidenses Carrie Steinseifer y Nancy Hogshead terminaron en 55,92 segundos.
  • 1988. Gracias al cronometraje informatizado, Calgary y Seúl fueron los primeros Juegos Olímpicos en los que los resultados y análisis fueron conservados para la posteridad en bases de datos. En Seúl, los paneles Video Matrix Omega mostraron por primera vez las imágenes en color.
  • 1992. En los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville, los velocistas sobre hielo fueron los primeros en beneficiarse del Omega Scan-O-Vision, un sistema que permite medir de forma digital el tiempo con una precisión de una milésima de segundo en la línea de llegada. Este sistema ‘fotografia’ el tiempo combinándolo con una imagen continua para constituir un solo documento.
  • 1996. Los Juegos Olímpicos de Verano de Atlanta fueron testigo de la introducción del primer cronometraje olímpico «global» que ofrecía para cada deporte y para cada disciplina una trilogía del cronometraje: el cronometraje como tal, el procesamiento de datos y el anuncio de los resultados. Heredero del Omegascope (1961) y del cronometraje integrado (Juegos Olímpicos de 1968 en México), este sistema global representa nada menos que la tercera revolución en el cronometraje moderno. Las regatas de vela que se llevaron a cabo en Savannah pusieron en evidencia las ventajas del sistema GPS (Global Positioning System) – una de las 20 innovaciones introducidas por Swatch en los Juegos de Atlanta. En atletismo, las aceleraciones y las velocidades medidas en los sprints permitieron establecer que el campeón olímpico de los 100 metros, Donovan Bailey, fue el último en lanzarse de los bloques de salida, pero ganó la carrera gracias a una aceleración superior a la de sus adversarios que le permitió ser el más rápido en la línea de llegada.
  • 2000. Introducción del Omega Live Timing. Menos de 15 segundos después de que el nadador tocara la «touch pad», los tiempos intermedios, la clasificación y las informaciones extraídas de los archivos estaban a disposición del mundo entero para ser consultadas y descargadas en Internet.
  • 2008. En Beijing, entre las muchas innovaciones en el universo del cronometraje deportivo, había cámaras de alta velocidad junto con nuevos sistemas de cronometraje, marcación y salidas en falso. Se utilizaron también sistemas de GPS y BIB Transponders. Esta edición de los Juegos permanecerá en la memoria por los 100 metros mariposa cuando Michael Phelps derrotó al medallista de plata por una centésima de segundo – el margen más pequeño posible en natación. El resultado fue discutido inicialmente, pero la cámara de vídeo de alta velocidad confirmó que el resultado registrado por el sistema de cronometraje electrónico de Omega era absolutamente exacto.
  • 2010. Lo que más destacó en el equipo de cronometraje deportivo en Vancouver fue el nuevo sistema de salida electrónico. Una de las imágenes más constantes de la historia olímpica es la pistola de salida, reminiscencia de las pistolas de los vaqueros del Lejano Oeste. En los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno, la pistola fue reemplazada por un instrumento con líneas estilizadas y futuristas, compuesto de un flash y de un generador de sonido. Una presión sobre el disparador genera tres acciones simultáneas: se escucha un sonido, se emite un flash luminoso y se acciona el cronometraje. Si se presiona nuevamente el disparador en los dos segundos siguientes, la señal de salida en falso resuena.
  • 2012 y en adelante. Para cada Olimpiada, los profesionales del cronometraje Omega desarrollan y redefinen el arte y la ciencia del cronometraje deportivo de nivel mundial. Además de los Juegos Olímpicos de Londres este mismo año, Omega cronometrará los de Sochi en 2014. Según un reciente acuerdo con el COI, la casa suiza cronometrará todos los Juegos Olímpicos hasta 2020.

Omega cronometrador JJOO