El emblemático Tambour de Louis Vuitton, que acaba de cumplir 21 años, se renueva completamente e inicia una nueva era bajo el signo de la modernidad con una caja más estilizada, un brazalete metálico integrado y un nuevo movimiento automático creado por La Fabrique du Temps.
Apenas ha cumplido veinte años -que festejó el año pasado por todo lo alto-, y el emblemático Tambour de Louis Vuitton inicia una nueva era marcada por el signo de la modernidad. Una vuelta a lo esencial que se plasma en un renovado y elegante diseño de fluidas líneas esculturales, que sienta las bases para convertirse en un icono del siglo XXI.
El nuevo Tambour ha sido presentado por Jean Arnault, director de la relojería Louis Vuitton e hijo pequeño de Bernard Arnault, en el majestuoso salón de baile del Museo d’Orsay de París, oculto habitualmente a los ojos de los visitantes y abierto para la ocasión. “Con este lanzamiento, abrimos un nuevo capítulo en la historia de la relojería de la casa mediante la creación de un reloj con sólidas credenciales relojeras y un estilo inconfundible, como Louis Vuitton”, afirmó durante la presentación el joven Arnault.
Paso a paso
Se trata de una nueva colección que irá abriéndose paso poco a poco y que ahora se inicia con un modelo de acero cuyo gran protagonista es su brazalete metálico integrado. Toda una novedad en los relojes de Louis Vuitton.
Otro de los signos distintivos del nuevo Tambour es su caja, reconocible sin lugar a dudas, pero considerablemente más estilizada, aunque no tan delgada como para pasar por extrafina y perder su ADN. Digamos que, con sus 8,3 mm de grosor y 40 mm de diámetro, es lo suficientemente estilizada como para entrar con cartas de naturaleza en el segmento de los relojes deportivos y elegantes a la vez.
Es, en definitiva, una caja redonda con perfiles curvos, ligeramente abombada, con fondo transparente y marcada por las 12 letras Louis Vuitton, que, en este primer paso que inaugura la colección, opta, como decimos, por el acero como elemento fundamental.
En un segundo paso, que llegará en otoño, el nuevo Tambour se vestirá de oro rosa completamente o de oro y acero en una apuesta bicolor.
Estilo parisino, experiencia suiza
Protegida por un cristal zafiro, la esfera, en gris plateado o azul intenso, mide apenas un milímetro de grosor. Pero transmite una gran profundidad y tridimensionalidad. El círculo de horas pulido con chorro de arena está dividido en dos niveles, el exterior para los minutos y el interior para las horas, mientras los segundos se leen en una subesfera acaracolada a las 6h.
También las agujas, de oro y con Super-Luminova, han evolucionado de los tradicionales bastones anchos de modelos anteriores a agujas caladas afiladas y facetadas. La sensación es de mayor espacio, nitidez y ligereza en la esfera.
Como una reivindicación de los orígenes de la marca, en el centro aparece la inscripción LOUIS VUITTON PARIS. Otro detalle es que el clásico SWISS MADE se sustituye aquí por FAB. EN SUISSE, aludiendo así a las históricas esferas de alta relojería de los años 50 y 60. O lo que es lo mismo: estilo parisino, experiencia suiza.
Ni que decir tiene que el corazón que da vida a este innovador Tambour, que tantas expectativas despierta, es un nuevo movimiento automático, calibre LFT023, desarrollado y ensamblado íntegramente en los talleres de La Fabrique du Temps, que tan acertadamente pilotan los maestros relojeros Enrico Barbasini y Michel Navas.
Es el propio Michel quien, satisfecho con su trabajo y el de su equipo, nos desvela que en un futuro no muy lejano también las complicaciones formarán parte de esta nueva colección Tambour, que ahora se inicia con un clásico tres agujas. También el brazalete integrado, gran sensación del momento, convivirá con pulseras de piel u otros materiales. Pero no adelantemos acontecimientos…
Un calibre muy contemporáneo
“El calibre que anima el nuevo Tambour es el primer mecanismo automático patentado de tres agujas diseñado por Louis Vuitton junto a los especialistas de Le Cercle des Horlogers, para encarnar al detalle los códigos visuales de la casa, desde la tapa del barrilete calado que recuerda la Flor Monogram al micro rotor decorado con un estilizado y recurrente LV”, explica la marca.
El resultado es un calibre de alto rendimiento, muy contemporáneo con puentes pulidos con chorro de arena, ángulos pulidos y platina perlada en un guiño a la decoración tradicional del movimiento. Con una frecuencia de 28.800 alternancias por hora, una reserva de marcha de 50 horas y una precisión de -4/+6 segundos al día, es el primer mecanismo certificado por el Observatorio de Cronometría de Ginebra bajo los auspicios de la Fundación TimeLab. Toda una primicia en la industria relojera que confirma el compromiso de Louis Vuitton con la excelencia y la calidad en relojería.
Una excepcional puesta en escena
Como no podía ser de otro modo, Louis Vuitton no ha dejado nada al azar. El lanzamiento de una nueva colección que viene a sustituir a todos los Tambour anteriores, merecía una puesta en escena excepcional. Y eso es lo que hizo la marca en Paris, con el Museo d’Orsay como gran escenario.
Así, a la presentación del reloj que hizo Jean Arnault por la mañana siguió, al atardecer, una magnífica cena en la impresionante sala del reloj del propio museo parisino. Un exquisito menú elaborado por el equipo de Alain Ducasse y precedido por una visita privada a los grandes maestros del impresionismo. Una velada a la que acudió también el patriarca de la familia y presidente del Grupo LVMH, Bernard Arnault, su hijo mayor Antoine Arnault, director ejecutivo y vicepresidente de Christian Dior, con su esposa, la célebre modelo Natalia Vodianova, así como los actores Michael Fassbender, Alicia Vikander y Bradley Cooper, entre otros invitados. Una gran fiesta para celebrar la llegada de una nueva era Tambour.
