Experto en desarrollar complicaciones relojeras, Jaeger-LeCoultre ha manifestado una sensibilidad muy especial a la hora de diseñar relojes para señora. Buen ejemplo de ello es la colección Rendez-Vous Ivy, una apuesta equilibrada, clásica y artesana cien por cien. Inspirada en naturaleza, la serie sorprendió el año pasado con el Repetición de Minutos y ahora le toca al turno al Tourbillon. La sorpresa llega de la mano del Secret, una oda al meticuloso y sublime arte del engastado.

La Grande Maison cautiva a su público femenino con su colección Rendez-Vous, una serie inspirada, concebida y desarrollada para una mujer alejada de lo convencional. Cargada de simbolismo, sus relojes respetan una trinidad sagrada: la estética clásica, la maquinaria equipada con una o más complicaciones y la ejecución artística exclusiva e insólita.

Las últimas tres propuestas Rendez-Vous Ivy (Repetición de Minutos, Tourbillon y Secret) encuentran en un elemento de la naturaleza, la hiedra (Ivy en inglés), un mundo de ensueño que simboliza la magia del amor eterno. Ya en la Antigüedad clásica la hoja carnosa de la hiedra se representaba junto al corazón, considerado órgano de vida y sede de las pasiones. En Roma simbolizaba la lealtad, la fidelidad y el reconocimiento y en la Edad Media se encuentra a menudo en los manuscritos ilustrados. También se utilizó el simbolismo de la hiedra en la ornamentación de frisos del Barroco al Rococó o en la época victoriana, cuyo referente son las lámparas Tiffany. En artes como la orfebrería, temas naturalistas utilizados en el Art Nouveau recurren a la hiedra para la decoración. Ejemplos hay unos cuantos y la Grande Maison hace una interpretación muy especial de la hiedra y su apariencia trepadora en 1890 creando un reloj de bolsillo con fondo esmaltado rojo escarlata decorado con hiedras engastadas con diamantes. Años después, en 2008, crea una glamurosa pieza única de apariencia cien por cien realista inspirada de nuevo en la hiedra.

CITA CON EL TOURBILLON

Si la melódica cadencia del Repetición de Minutos ya nos cautivó (ver Relojes & Estilográficas 141), Jaeger-LeCoultre sorprende ahora con una de las complicaciones más emblemáticas de la casa: el tourbillon. Protegido y magnificado a través de una hilera de diamantes, se encuentra en una jaula móvil que lleva a cabo una vuelta por minuto sobre sí misma con independencia de la posición de la muñeca. De esta manera se compensan las variaciones de marcha del reloj que provoca la gravedad de la tierra.

De apariencia bucólica y romántica, la esfera cede protagonismo a la hiedra, que se fusiona armónicamente con el tourbillon (situado a las 6h) a partir de unos tallos que culminan en los dígitos horarios situados a las 3h, 9h y 12h.

Una elegante tonalidad ciruela en esmalte translúcido tiñe la esfera del Rendez-Vous Ivy Tourbillon, un delicado escenario decorado con un vistoso efecto tridimensional ejecutado con dos tipos de Guilloché: uno más clásico para la superficie y otro con efecto vegetal en el que se reproducen las nervaduras de la planta.

La caja de 39 mm, en oro blanco, embellece con diamantes engastados el bisel, las asas, la corona, la banda de la carrura y la hebilla del brazalete, confirmando la meticulosa ejecución de cada uno de los elementos de este reloj-joya.

EL SECRETO SE DESVELA

Los matices y peculiaridades de cada mujer inspiran desarrollos relojeros distintos. Englobados en un mismo concepto, Rendez-Vous, la manufactura del Valle de Joux sorprende con un traje de gala que deslumbra: el Ivy Secret. Inspirado en una pieza patrimonio de la casa de los años sesenta, este reloj secreto desarrolla un punto de vista más gráfico que el modelo original y lleva a cabo una inteligente y equilibrada propuesta de diseño contemporáneo combinado con elementos de una joya antigua de colección.

Se trata del primer reloj-joya de la serie, un reloj deslumbrante que hace gala del meticuloso y delicado arte del engastado. Son tres los tipos de diamantes que se perfilan sobre su caja abombada en forma de flor: talla brillante, baguette y marquesa. Un total de 304 diamantes cuidadosamente insertados por un maestro engastador que lleva a cabo una gran destreza y dominio técnicos.

A primera vista el reloj destella y brilla a modo de pulsera, potenciando el brillo de los rayos de sol. El encanto natural del Rendez-Vous Ivy Secret se encuentra a continuación, cuando se levanta la tapa y se desvela su verdadero secreto: una esfera tornasolada en nácar blanco iluminada con estilizados dígitos arábigos. Embellecida con una diadema de diamantes, mantiene constantes de la serie como son las hojas de hiedra grabadas y pintadas a mano bajo el cristal.

Cautivadora y poética, esta joya es la suma de elementos cuidadosamente ejecutados como la caja esculpida en oro blanco con el canto grabado, el brazalete iluminado con una doble hilera de diamantes o el movimiento, de reducidas dimensiones, mecánico de cuerda manual.

JLC Rendez Vous Ivy TourbillonFICHA TÉCNICA Rendez-Vous Ivy Tourbillon

MOVIMIENTO: Mecánico de carga automática Calibre Jaeger-LeCoultre 978. 302 piezas, 33 rubíes y 45 horas de reserva de marcha.

CARACTERÍSTICAS: Caja de oro blanco con diamantes engastados en bisel, asas, corona y banda de la carrura. Esfera de esmalte translúcido grabado con agujas florales. Funciones: horas, minutos, segundos y tourbillon.

BRAZALETE: correa de satén.

PRECIO: 129.000€

 

FICHA TÉCNICA Rendez-Vous Ivy Secret

MOVIMIENTO: Mecánico de cuerda manual Calibre Jaeger-LeCoultre 846/1 con 93 piezas, 18 rubíes y 38 horas de reserva de marcha.

CARACTERÍSTICAS: Caja de oro blanco grabado a mano sobre el canto. Esfera de nácar transferido y pintado a mano. Agujas florales. Funciones: horas y minutos.

BRAZALETE: Oro blanco engastado con diamantes grises.

PRECIO: 275.000€