Es una auténtica leyenda de la relojería. Un icono que, sin discusión, ha marcado el tiempo de varias generaciones y que aún hoy sigue en plena forma.

Más de 125 años de historia consolidan la trascendencia de este icono, el Tourbillon bajo 3 Puentes de Oro de Girard-Perregaux. Patentado en 1884, el mecanismo llama la atención del momento por su rompedora arquitectura y su llamativo y original diseño. Constant Girard ganaría con él la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París en 1889 y, desde entonces, se ha convertido en un símbolo de la Maison y en toda una hazaña en la historia de la relojería.

Elementos como la caja, de oro rosa o blanco, con la platina arenada, los tres puentes de oro (en forma de flecha y dispuestos en paralelo) y el tambor del barrilete calado abierto sobre el micro rotor confirmaban el talento del relojero que lo desarrolló.

Técnicamente perfecto, el Tourbillon bajo tres Puentes de Oro respeta conceptos como equilibrio, paralelismo y geometría. Sus acabados, realizados a mano, requieren de la destreza de las manos de relojeros artesanos. Una de las estrellas de su maquinaria es el Tourbillon, un engranaje de 80 componentes perfectamente ensamblados con la jaula, los puentes del escape y de áncora achaflanados y pulidos a mano ubicados sobre una superficie de 10 mm de diámetro. Este último se integra en un movimiento de cuerda automática calibre GP09600 totalmente desarrollado en el seno de la manufactura. Una maquinaria perfectamente ejecutada con el máximo respeto a los cánones de la Alta Relojería.