“Un producto icónico es el que mantiene el equilibrio entre la innovación y el respeto por la marca”. Quien así habla es Fabrizio Buonamassa, diseñador de la relojería de Bvlgari

Fabrizio Buonamassa es un hombre pausado y tranquilo que se apasiona cuando habla de diseño y creatividad. Napolitano, con más de 18 años de experiencia en esta casa romana, define su trabajo como el oficio de reinventar la marca con cada nuevo producto, con un lenguaje contemporáneo pero respetando siempre su ADN.

¿Cuál es la función de un diseñador en la industria relojera actual?

Imagine la evolución de la marca, la evolución del mercado, del gusto del cliente. La respuesta no es fácil, porque a veces no se puede prever la evolución del gusto del cliente, ni la evolución de la marca a través de los productos. Por tanto, hay que jugar con los signos icónicos de la marca, su herencia… En Bvlgari no se puede hacer un “copy and paste”. Para nosotros es importante renovar, reinventar la marca a cada creación.

¿Qué papel desempeña la propia historia de Italia y su cultura en esta marca?

Es algo realmente increíble, pero hay que decir que Bvlgari no es una marca italiana, es una marca romana. Así como la relojería tiene como referencia a Suiza y la joyería a Francia, nosotros somos romanos. Es por eso que nosotros tenemos una historia completamente diferente. Italia está en el centro del Mediterráneo y durante siglos era el centro del comercio y mucha gente y muchas civilizaciones han pasado por aquí, como ocurre con España. Es por todo esto que nuestras raíces son diferentes y extraordinarias.

La cultura romana es muy fuerte en la historia. ¿Cómo se refleja esto en los diseños Bvlgari?

Es muy importante a nivel estético. En Roma hay mucho gigantismo, como el coliseo por ejemplo, o los edificios que hacía Mussolini. Hay ciertas proporciones que son muy romanas, no son nada discretas, completamente diferentes que en París, donde todo es más decorativo. Sin embargo, el diseño italiano y la opulencia romana en lo que a los signos se refiere son más discretos, no a nivel de proporciones y de tamaños. Las raíces del diseño francés están en el Art Déco, las raíces del diseño italiano en el funcionalismo y el racionalismo. Y esto es lo mismo en Bvlgari: somos geometría y color juntos. Todas las formas que utilizamos son formas geométricas muy puras. Y esto es así gracias a Gianni Bulgari, que reinventó la estética de la marca durante los años 80 y 90. Todos los relojes y joyas Parentesis y los Tubogas son auténticamente geometría, porque la obsesión de todo diseñador es crear un módulo. Si soy capaz de crear un módulo que funcione a cierto precio y en alta gama estoy muy contento. Ese es el objetivo de un diseñador, y con Parentesis y Tubogas Gianni Bulgari creó la joyería modular. Piezas con las que es muy fácil jugar e intercambiar con distintos materiales y que según los acabados tienen distintos precios pero son siempre los mismos signos. Eso es muy Bvlgari, tanto a nivel de proporciones como de estética.

Gianni Bvlgari ha sido realmente un personaje clave para la marca

Absolutamente. Gracias a él, la marca se convirtió en una de las más importantes de todo el universo joyero en el mundo. Antes de Bvlgari estaba sólo la joyería francesa Art Déco, muy decorativa, muy delicada, muy parisina. Bvlgari fue la primera en utilizar en la alta joyería las piedras cabujón y las piedras de colores. Fue Bvlgari quien rompió esas reglas, y, después de eso comenzó, a jugar con las proporciones y a mezclar  materiales que no pertenecían estrictamente al mundo de la joyería hasta entonces.

Y ocurrió lo mismo con la relojería: Gianni Bulgari fue el primero en mezclar acero con diamantes

Sí, él fue el primero en utilizar la cerámica y el acero en la alta relojería. No es una cuestión de lujo, ni de precio, es una cuestión de saber hacer. Si soy capaz de imaginar objetos con un saber hacer extraordinario, con pasión por los detalles -porque son los detalles los que hacen la diferencia, ya que puedo utilizar al mismo nivel el acero y el oro- eso es lo que realmente cambia las cosas. Yo utilizo la materia de la manera más justa. Esto es algo que llega con el diseño italiano. Gianni Bulgari era capaz de mezclar las reglas, las raíces del diseño italiano con la alta joyería y la relojería. Hoy para nosotros sigue siendo así. Para mí es difícil decirle si Serpenti o Tubogas son piezas de joyería o de relojería. Son productos Bvlgari  y Bvlgari es capaz de mezclar un tubo de gas con el universo de la alta joyería, capaz de mezclar el titanio con la repetición de minutos más fina del mundo. Eso es lo que produce el cortocircuito, lo que hace a la marca diferente.

Es decir, los materiales no son importantes, sino el diseño y la combinación de todo junto, ¿no es así?

Sí, exacto. Además el diseño italiano es muy irónico. Hay piezas que son icónicas desde un punto de vista artístico. Por ejemplo, la forma de Parentesis está inspirada en el bordillo de las aceras de Roma. Es la compenetración del volumen con materiales como el nácar, el oro, los diamantes, los colores…

La clave parece estar en las formas

Sí, por supuesto. Tubogas es un diseño eterno porque no tiene elementos decorativos, que con el tiempo pasan de moda. La forma pura es eterna. Jugar y combinar las formas geométricas puras es la clave del diseño Bvlgari, porque combinadas y mezcladas generan una nueva estética. Por ejemplo, el Octo, con un bisel redondo y un elemento octogonal dentro, viene de la historia de la marca. En los años 80 hicimos una colección de joyas que era un octógono con un bisel circular dentro con una moneda. Octo es exactamente eso. ¿Y por qué un octógono? Porque en todas las culturas y en todas las religiones, representa la forma perfecta entre la círculo y el cuadrado. Es decir, es la mezcla perfecta entre la vida en la Tierra y la vida extraterrenal. Esto viene ya desde los egipcios que pagaban para entrar en la vida eterna. Gerald Gentá utilizaba ya el octógono en la relojería y Octo de Bvlgari tiene ahí su origen, pero es un producto Bvlgari no Gentá.

Fabrizio Buonamassa con diseño

¿De dónde procede su inspiración?

Para un diseñador es muy importante estar próximo a la marca en lo que a gustos se refiere. Y mis gustos están en sintonía con las raíces estéticas de Bvlgari. La inspiración no lo es todo. Es evidente que la inspiración viene muchas veces de la propia marca. Bvlgari no hace nunca la misma cosa, y hay marcas de relojería y joyería que hacen siempre lo mismo. Pero eso para el espíritu italiano no es suficiente. Para los italianos lo importante es estar contento al hacer las cosas. Como todos los latinos, si se aburren no funciona nada, deben encontrar el placer de hacer las cosas. Para un diseñador italiano, el producto debe ser capaz de explicarse por sí mismo.

¿Hay diferencias a la hora de diseñar un producto para un hombre o para una mujer?

Sí, totalmente. Los hombres están interesados en las cosas técnicas. En los coches se interesan por el motor y en los relojes por el movimiento: cómo funciona, si la masa oscilante es periférica o no, si es de titanio o de platino, etc. Para las mujeres debe ser algo emocional. Y eso es mucho más difícil, porque no es algo técnico que puedes gestionar. Por ejemplo, un reloj que es el más fino del mundo, no hay discusión al respecto. Es un dato constatable y punto. Pero en las mujeres lo que prima es la emoción, y la emoción no se puede gestionar. Les gusta o no les gusta algo y ya está. Es más difícil diseñar para las mujeres.

Pero Bvlgari es sobretodo una marca femenina, ¿no?

Sí, la marca es fundamentalmente femenina. Es una de las grandes en joyería. Es evidente que está más próxima a las mujeres que a los hombres, aunque gracias al Octo Finissimo estamos cerca de un cierto mercado muy nicho de hombres amantes de los relojes, de coleccionistas.

¿En qué está trabajando ahora?

Continuamos desarrollando Serpenti, Octo y Lvcea. En Basilea presentaremos nuevos modelos de estas tres colecciones, tanto en el terreno de las complicaciones como de nuevos materiales.

¿Qué reloj elegiría de otras marcas?

Hay varios, por ejemplo el Royal Oak de Audemars Piguet, el Nautilus de Patek Philippe, el Prospex de Seiko, el Rolex Submarine… Me interesan porque son relojes que han inventado un segmento. Octo Finnissimo me interesa porque es otra manera de llevar un reloj de gran complicación con un diseño y materiales contemporáneos. Además, me gustan los relojes de Max Büsser porque son una exaltación de saber-hacer. Y me complacen los relojes icónicos que han cambiado la historia, que han aportado algo, y no porque sean de una marca o de otra.