Con motivo del 20 aniversario de la revista R&E – Relojes & Estilo, hablamos con John Vergotti, director de Patek Philippe para España, Portugal y Andorra, a quien agradecemos su apoyo y sus cálidas palabras.

“¡Celebrar 20 años es un gran logro! Y nos sentimos muy felices de que la revista Relojes & Estilo nos haya acompañado con sus reportajes y análisis de la industria relojera durante todo este tiempo. ¡Bien hecho!”

Gran conocedor del mundo de la relojería desde distintos ángulos y especialmente del mercado español en el que tiene una larga trayectoria como director de Patek Philippe, conversamos con John Vergotti sobre cómo ha evolucionado la relojería en los últimos 20 años y cuáles son sus principales desafíos para el futuro. 

– ¿Cómo ha evolucionado la relojería en el mundo en las últimas dos décadas?


Los últimos 20 años han sido muy activos para la industria relojera. Una serie de decisiones de sus miembros se han centrado en impulsar los volúmenes y adaptarse a las expectativas de los nuevos clientes en los mercados emergentes coincidiendo con el cambio de milenio.
Definitivamente, el reloj ha perdido su condición de “guarda-tiempo» para pasar a ser un accesorio, ya sea por moda, condición social o posiblemente por convertirse en un instrumento técnico.
Por ejemplo, los relojes de las últimas dos décadas han aumentado de diámetro entre un 10% y un 20% sin una causa concreta. Pero como en el mundo de la moda, una determinada corriente de cambio de estilos y desarrollo industrial ha apoyado esta evolución «oportunista» mientras el diámetro de las muñecas se ha mantenido prácticamente igual. Las esferas también se han oscurecido en color por un lado, pero a menudo también en cantidad de información que se ofrece a pesar de que la forma redonda del producto respalda la afirmación de «tradicional» y «atemporal».
La aparición del reloj «inteligente» y conectado ciertamente se ha afianzado, sin desestabilizar significativamente el mercado de los relojes mecánicos.

«Muchas marcas, bien desarrolladas en otros países europeos, no encuentran en España el reconocimiento que merecen»


– ¿Y cuál es la situación de la relojería en España?


España sigue siendo, en mi opinión, un mercado emocional en cuanto a tendencias de compra que se ha mantenido bastante centrado en un número limitado de marcas o tipos de productos. Más que en cualquier otro lugar, me parece que aquí la elección del producto está influenciada por una tendencia social o el efecto de moda que causa. Compramos esta marca o este modelo porque otros también lo han hecho. Muchas marcas, bien desarrolladas en otros países europeos, no encuentran en España el reconocimiento que merecen.
Además, aparte de algunos grandes entusiastas, los detallistas de relojes no encuentran la atención y el reconocimiento que merecen del público para ayudar a ampliar su oferta. Asimismo, esta limitación de interés por parte del cliente local ha contribuido, en gran medida, a la precipitada avalancha de los detallistas hacia clientes turísticos extranjeros cada vez más presentes en las ciudades, entre la crisis de 2009 y la llegada del Covid en 2020.

«Los detallistas deben estar absolutamente seguros de que un reloj «bello» no se puede comprar por Internet. El reloj se toca, se discute, se gana a través del acto de transmisión que lleva a cabo el detallista»

– ¿Cuáles son los principales desafíos del sector en la actualidad?


La pandemia del Covid-19 ha demostrado la falta de visión y la debilidad del comercio minorista en su modelo económico orientado al turista extranjero. Y después de 10 años de este modelo, los detallistas en España tendrán que corregir su estrategia para volver a conquistar con humildad, pero también con pasión a sus clientes urbanos y locales. De la misma manera que lo hicieron sus padres hace una o dos generaciones, cuando solo unos pocos se habían ganado la confianza de los productores suizos y todos los relojes suizos parecían ser artículos de lujo. Independientemente de lo que digan las marcas, los detallistas deben estar absolutamente seguros de que un reloj “bello» no se puede comprar por internet. El reloj se toca, se discute, se gana a través del acto de transmisión que lleva a cabo el detallista – «experto». Asimismo, es el mismo detallista quien organiza el mantenimiento posteriormente, no Internet. Afortunadamente, todavía hay mucho por hacer para el detallista, pero sin apartarse de su vocación de experto, asesor y persona de confianza.

«El futuro será positivo y enriquecedor porque lo afrontaremos con determinación y energía»

– En su opinión, ¿cuáles son las perspectivas de futuro?


Ahora mismo: ¡el mundo está enfermo! Ahora debemos respetar eso primero y cuidar nuestra salud personal, la de nuestros empleados y la de nuestros clientes. Mientras estamos viviendo esta etapa, que perdurará, debemos aprovechar para repensar nuestra relación con clientes y proveedores y asegurarnos de que ésta se basa en la proximidad, la credibilidad y la puesta en común de valores realistas. Habrá mucho que reconstruir después de esta profunda desestabilización.
Pero, ¿no es ésta, fundamentalmente, una oportunidad extraordinaria para hacer un balance y reenfocarnos mutuamente en nuestras habilidades y oportunidades reales?
El futuro, por supuesto, será positivo y enriquecedor porque lo afrontaremos con determinación y energía. Una cosa es segura: cómo mínimo habrán otros 20 años más de relojes y relojería. Y eso me anima profundamente y deseo que lo podamos compartir juntos.