Garante de los valores de Patek Philippe en la Península Ibérica, un mercado que define de “muy emocional”, John Vergotti está convencido de que la clave del éxito de su empresa es su firme determinación. Un concepto que incluye exigencia, pasión, conocimientos, training… y que conduce a la excelencia.

Diplomático y discreto, pero también firme y exigente, John Vergotti director de Patek Philippe para España, Portugal y Andorra, representa fielmente la marca en estos países desde hace 7 años. Su impecable imagen y sus ademanes sosegados están en perfecta armonía con el espíritu de esta casa familiar que también en España vive horas dulces a pesar de la crisis. Una crisis por la que ni Patek Philippe ni John Vergotti parecen inquietarse. “Una compañía como la nuestra, que se fundó en 1839 y que ha perdurado en momentos de la historia muy difíciles ha aprendido a sortear situaciones complicadas sin apartarse de su camino para lograr la excelencia en sus relojes. Esta experiencia en permanecer al margen de los vaivenes del momento hace que tengamos plena confianza incluso en situaciones como las que vivimos. Ha habido otras crisis y habrá más en el futuro, pero la historia de Patek hilippe es una dilatada experiencia de perseverancia y determinación que nunca le ha apartado ni de su camino ni de sus valores”, explica.

¿Cuál cree usted que es la percepción de su marca en el mercado?

Creo que el mercado tiene una óptima percepción de Patek Philippe, con mucha fuerza. Y lo digo con enorme orgullo porque puedo confirmar la calidad del trabajo del equipo. Los relojes son buenos y nuestro trabajo de comunicación, de puesta en los escaparates, de formación es también bueno. Por tanto, la percepción de la marca es buena. Algunos dicen que somos la mejor marca  y lo cierto es que en algunos puntos somos el mejor ejemplo de lo que tendría que ser una marca de alto nivel. Quiero asegurarle al señor Stern, que está convencido de hacer el mejor reloj del mundo, que tiene el mejor servicio, la mejor presentación en las tiendas, la mejor y más creíble comunicación… Son muchas las cosas a tener en cuenta.

Como el Servicio de Atención al Cliente…

Patek Philippe tiene como misión desde su creación elaborar los mejores relojes del mundo. Nuestros clientes tienen el mismo grado de exigencia que Patek Philippe, por lo que nos comprometemos a asegurar que cuidaremos y repararemos cualquier reloj adquirido desde el inicio de nuestra manufactura, esto es, desde 1839, conservando los métodos y piezas tal y como se realizaron en su época de fabricación. Para lograr todo esto, contamos con 57 Servicios de Atención al Cliente Internacional en el mundo que responden a un compromiso de calidad y fiabilidad, con métodos y personas formadas durante muchos años, imbuidas también de la cultura Patek Philippe por ese respeto de sus piezas tal y como fueron concebidas. En Patek Philippe todos somos la marca, garantes de sus valores, entre los que está nuestro servicio. En España contamos con uno de estos centros, pero además, tenemos el apoyo de los relojeros de nuestros detallistas, formados por la marca no sólo en los métodos sino en nuestra cultura relojera, como centro de primera intervención y diagnóstico.

Se diría que una persona que compra un Patek establece un vínculo de por vida con la marca.

Yo pienso que sí, porque vivimos cada día con una marca que es impresionante, en el buen sentido de la palabra: nos impresiona de muchas maneras. Un cliente que compra un Patek Philippe es porque en ese momento le ha impresionado y cada día debe confirmar esa emoción. Poseemos los conocimientos, métodos, herramientas y cultura que posibilitan el respeto por las piezas y su época y forma parte de nuestro compromiso con los propietarios de los relojes mantener esas piezas, destinadas a ser preservadas para las generaciones venideras.

Es una responsabilidad representar esta marca.

La responsabilidad es exactamente la misma; es una cuestión de interpretación, de emoción, de cultura. Me explico, estar invitado en casa de los padres de un amigo te da un momento especial, pues es diferente de quedar en un restaurante. Esta vibración da una responsabilidad, sí, y hace que uno tenga que comportarse de otra manera. Quiero decir, entrar y sentarse en el despacho de Thierry Stern no es lo mismo que entrar y sentarse en el despacho del director del grupo tal o cual. Estás en su casa verdaderamente. Es emoción e interpretación de la manera en la que te vas a comportar. La responsabilidad, si estás de acuerdo con la cultura de la empresa, la cumples con determinación.

¿Todo esto forma parte de los valores de la casa?

Sí, desde luego. Trabajar para una empresa familiar es encontrarse confortable para practicar tu arte –gestor, colaborador, lo que sea…- en una equivalencia de valores. A mí me gusta la precisión, la exigencia, la sinceridad, me molesta la arrogancia y la gente que grita. Y cuando alguna vez me pasa esto, intento no acabar el día sin pedir disculpas. Es un equilibrio diferente. Thierry habla de humanidad, y si no acabamos el día como humanos al menos que lo retomemos al día siguiente como humanos. Una casa familiar es un lugar muy particular que te recuerda todas estas cosas. Cultura, cultura, cultura.

¿Son ustedes muy exigentes?

Exigimos siempre todo, sí. No se puede obtener nada para el presente inmediato y menos aún para el futuro sin una exigencia de categoría.

¿Cuáles son esas exigencias para con sus detallistas?

Credibilidad y honestidad, que sea muy sincero, casi transparente. Esto es mucho ya. Esto es lo que buscamos obtener de cada uno y es una enorme exigencia porque no vamos a parar. Si alguien no lo cumple, no continuará en el juego. Es una gran exigencia, pero le daremos muchos medios para cumplirla, como una buena formación. Mantener este equilibrio es parte de la dimensión de la marca, de su talento. Este es el gran placer de este trabajo, de esta colaboración, que tiene que ser siempre equilibrada y sincera. Que sea exitosa es una consecuencia.

La clave es, pues, encontrar ese partner que sienta una gran identificación con la marca
Patek Philippe hace siempre relojes con pasión y con una enorme búsqueda de excelencia y exigencia. Busca, por tanto, un partner que sea comparable en su campo de competencia. Hay una búsqueda lenta y progresiva, digamos que nos olemos antes, miramos cómo se comporta cada uno… Es muy largo el proceso para llegar a trabajar juntos, a conectarse, sin embargo para desconectarse puede ser muy rápido porque si hay una falta repetida, un cambio de mentalidad, algo que deshace este equilibrio, c’est fini. Y no pasa nada, la marca continuará bien, la tienda también, pero juntos no tendremos ya nada que decir, cada uno seguirá su camino.

¿Cómo es el mercado español? ¿Es diferente de los demás?

Es un mercado mediterráneo y latino, y por tanto muy emocional. En esto, como dicen los americanos, “lo que ves es lo que hay”. No me acuerdo de haber tenido un contacto con alguna persona que me hablara de Patek Philippe sin emoción. En esto, sí, es diferente. Para todo lo demás es igual. Todos quieren lo mejor, no soportan que se les engañe…

Si tuviera que definir con una sola palabra la clave del éxito de Patek Philippe, ¿cuál sería, exigencia, pasión quizá?
Determinación, una imparable determinación. Esto incluye exigencia, pasión, conocimientos, training… Ya que estamos haciendo relojes, hagamos los mejores relojes, ese es el concepto de Norbert de Patek.