La icónica boutique Cartier de la calle Serrano se ha modernizado convertida en parte de una gran ciudad que entra en el universo de la Maison para dejar su huella
Para Cartier la idea de progreso pasa por reinventarse permanentemente. La emblemática boutique que posee en la calle Serrano de Madrid se inaugura después de unas obras que han durado cuatro meses. Y se reinventa como un espacio no solo de ventas sino para encuentros culturales, música o gastronomía. Además, el visitante podrá disfrutar de una completa agenda cultural. En ella destaca la colaboración con el Museo del Prado, en el año de su bicentenario.
La arquitecta e interiorista francesa, Laura González, ha sido la encargada de plasmar en este espacio un concepto innovador y una decoración que combinan el sello de identidad de la Casa Cartier con referencias a la historia española y a la ciudad de Madrid. Esta evolución de la Maison responde a las palabras de Vincent Piche, director general de Cartier Iberia, quien manifestaba que en la renovada boutique “queríamos reflejar la vitalidad, la cultura y el espíritu sociable de esta ciudad. La reforma que se ha llevado a cabo manifiesta el espíritu pionero de Cartier, que siempre mira hacia el futuro”.
Diseño y decoración de lujo e historia
Sin duda, el aspecto más llamativo de este renovado espacio se sitúa en su parte del fondo. Presidiendo la zona femenina, destaca un impresionante mosaico creado por la artista francesa, Mathilde Jonquière. Sobre un fondo donde se dibuja en tonos dorados el Palacio de Cristal del Parque del Retiro, emergen la pantera y el pavo real como símbolos de Cartier y Madrid. Imaginados como una joya, sus ojos color esmeralda y la paleta de tonos luminosos y plateados parece dar vida a la habitación con paredes lacadas en color rosa empolvado.
Así es la evolución de esta emblemática boutique Cartier, combinación de lujo e historia. Telas en tonos dorados y motivos en onda hacen que el visitante siga con la mirada hacia la bóveda guilloché adornada por una sublime araña de vidrio soplado a mano. Como resultado, la mezcla de materiales y texturas como la de la parte superior del arco con un acabado artesanal cratère, los detalles en bronce o la malla dorada dan un toque lujoso mientras que, el mosaico del suelo recuerda la tradición.
Por otro lado, parte de su diseño se inspira en los pórticos de los palacios hispano-musulmanes con columnas estriadas, capiteles toscanos y ventanas con ángulos redondeados. De este modo, el exterior se comunica con el interior, la ciudad entre en la boutique y la boutique forma parte de la gran ciudad.
Cuatrocientos metros cuadrados en dos plantas
La “nueva” boutique dispone de cuatrocientos metros cuadrados repartidos en dos plantas. Su primera planta está distribuida en una zona masculina, otra femenina y otra unisex por donde se accede a la segunda planta. La zona masculina destaca por sus materiales fuertes y tonos verdes y dorados. Mientras, el área unisex es un refinado vestíbulo en tonos suaves con apliques de raku, impresiones de huellas de pantera en el techo, estructuras metálicas sobre las vitrinas y barandilla de bronce que envuelve la escalera que guía hacia la planta superior.
En cambio, la segunda planta adentra al visitante en la historia morisca. Una gran sala inspirada en los patios y en los jardines de invierno, con un carácter interactivo, se convierte en un espacio idóneo para el deleite y el recreo, con un toque botánico especial de aspecto fresco adornado con elegantes detalles.