Más allá de la elegancia de sus líneas, el Longines DolceVita debe su éxito planetario a sus numerosas declinaciones, que permiten a todas las mujeres encontrar en ellas la inspiración. En 2016, Longines añade nuevas variantes a esta colección emblemática, digna heredera de una tradición en la que la elegancia es la protagonista.
Entre sus novedades hay un punto en común: su tono bi-color. En acero, exhibe un brazalete en acero inoxidable y recubrimiento oro rosa con cierre desplegable, y una corona en oro rosa macizo, confiriendo al conjunto un bello equilibrio. El reloj de arena alado –célebre logo de la marca, instalada desde 1832 en el Jura suizo- se viste también de oro rosa. Con sus armoniosas proporciones en los cuatro tamaños disponibles de 17,40 x 27,00 mm a 25,80 x 42,00 mm, engastados o no con diamantes TW VVS, este reloj se inspira en el placer de vivir a la italiana, uniendo glamour y encanto. Objeto flechazo, se lleva en todas las ocasiones con la misma elegancia.
Con movimiento de cuarzo y una hermeticidad de hasta 30 metros, tiene las funciones de horas, minutos y segundos, apareciendo un pequeño segundero a las 6 horas. Destaca la caja de acero inoxidable, corona en oro rosa 18k y su disponibilidad en tres esferas diferentes: plateada «flinqué» ornada con números romanos pintados, negra lacada o nácar blanco realzada por índices en diamantes.